Recibe cuidado cuando estés enferm@.
Cuando la gente se enferma, incluso cuando
tiene enfermedades contagiosas,
a menudo no se aísla de los demás ni
busca el tratamiento adecuado.
Como fácilmente puedes ver, esto tiende a
ponerte en peligro.
Insiste en que una persona tome las precauciones
apropiadas y reciba la debida atención cuando esté enferma.
Mantén limpio tu cuerpo.
Las personas que no se bañan o no se lavan
las manos con regularidad,
pueden ser portadoras de gérmenes. Te ponen
en peligro.
Tienes todo el derecho de insistir que las personas se bañen
con regularidad y se laven las manos.
Es inevitable que alguien se
ensucie al trabajar o al hacer ejercicio.
Haz que después se asee.
Protege tus dientes.
Se ha dicho que si uno se cepilla los
dientes después de cada comida,
nunca sufrirá de caries.
Esto o masticar
chicle después de cada comida ayuda a defender a los demás de
enfermedades orales y mal aliento.
Sugiere a otros que protejan
sus dientes.
Aliméntate adecuadamente.
Las personas que no se alimentan
adecuadamente no son de gran ayuda ni para ti ni para ellas mismas.
Tienden a tener un nivel bajo de energía.
A veces se ponen de mal humor.
Se enferman con más facilidad.
No se necesitan dietas extrañas para
alimentarse adecuadamente,
pero sí es necesario que uno coma alimentos
nutritivos con regularidad.
Descansa.
Aunque muchas veces a lo largo de la vida
nos vemos obligados a trabajar a horas en que normalmente ya estaríamos
dormid@s,
una persona que en general no logra descansar adecuadamente
puede convertirse en una carga para l@s demás.
Las personas cansadas no
están alerta.
Pueden cometer errores. Sufren accidentes.
Justo cuando
las necesitas pueden dejarte toda la carga de trabajo.
Ponen en peligro a
los demás.
Insiste en que la gente que no descansa apropiadamente,
lo haga.
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