La educación en valores comienza en casa con el EJEMPLO.
Los valores reflejan la personalidad de los individuos y son la expresión del tono moral, cultural, afectivo y social marcado por la familia, la escuela, las instituciones y la sociedad en que nos ha tocado vivir.
Al nacer, nuestros hij@s no son ni buenos ni malos, desconocen las normas que rigen su familia o su sociedad. Su conciencia ética se va desarrollando con el paso de los años. Pero necesitan nuestra ayuda ya que no llevan ningún chip incorporado que les diga si sus actos son correctos o incorrectos, lo que está bien o lo que está mal. Por eso es tan importante enseñar los valores cívicos que les permitan desarrollarse y convivir en una sociedad plural.
¿Cómo afecta la falta de valores en los niñ@s?
En la actualidad, l@s niñ@s viven en ausencia de valores y eso se traduce en poca empatía, poca asertividad y demasiada agresividad. Por ejemplo, en las escuelas desgraciadamente hay acosados y acosadores, niños que lo pasan mal en la escuela porque van con miedo a que otros les insulten o les hagan la vida imposible.
La educación en valores nos conciencia sobre las consecuencias de nuestros actos en el planeta y nos inculca el respeto por la naturaleza. Debemos minimizar los riesgos para la salud fomentando las actitudes adecuadas y abordando la educación sanitaria desde una perspectiva dinámica, personal y colectiva.
La educación en valores de l@s niñ@s es realmente importante, pues les permitirá adaptarse a los ambientes, convivir correctamente con las demás personas, solucionar conflictos con mayor facilidad, en generar sentirse bien con ellos mismos.
OTROS
- Compromiso.
- Humildad.
- Gratitud.
- Honestidad.
En cuanto a las estrategias más habituales para educar en valores destacan las siguientes:
- Rechazar la discriminación, animar al debate sobre cuestiones morales y promover liderazgos colaborativos.
- Denunciar las actitudes dañinas para el conjunto de la sociedad sin estigmatizar a los individuos.
- Incidir en la idea de que todos podemos cambiar y somos merecedores de una segunda oportunidad.
Créditos imágenes a quien corresponda.
Fuentes varias.