Hay personas que tienen la capacidad de soportar los envites de las tormentas emocionales.
A esta virtud se le llama templanza.
La templanza puede definirse como la moderación de los excesos emocionales.
¡Ojo no confundir con la represión de las emociones o deseos!
Una vida sin emoción sería sería una vida estéril,
nos referimos a la adecuación según las circunstancias.
Tratar apropiadamente los propios deseos y emociones es la clave del bienestar emocional.
Los sentimientos perturbadores que crecen intensamente o que perduran durante demasiado tiempo socavan la propia estabilidad.
El temple, parece ser común en l@s psicópatas.
La mayoría de ell@s desarrolla esta cualidad para actuar de manera rápida e inteligente ante una situación súbita y de intensa presión,
así mismo suelen ser más calmad@s y despreocupad@s ante un inminente y anunciado suceso.
Son indiferentes ante el dolor ajeno,
aunque de suponerles un beneficio suelen ser l@s primer@s incluso en brindar su "apoyo" en situaciones fuertes,
lo que no quiere decir que sean buen@s para dar aliento.
En fin, a ese tipo de templanza no es al que queremos aspirar e imagino que tampoco rodearnos de "personas" así.
La templanza. Explicada por el Dr. Ernesto Priani.
“El trabajo y la templanza constituyen las dos medicinas del hombre: el trabajo aguza el apetito y la templanza impide abusar de él”
Jean-Jacques Rousseau, escritor y filósofo francés (1712-1778)
“La templanza es el vigor del alma”
Jaime Balmes, filósofo español (1810-1848)
“La templanza es un adorno para la garganta más precioso que las perlas de mayor valor”
Francisco de Quevedo
“El necio muestra en seguida su enojo; el prudente pasa por alto la ofensa”
Salomón
“La templanza es el más fino y delicado de los placeres”
Vicente Espinel
“Con orden y tiempo se encuentra el secreto de hacerlo todo, y de hacerlo bien”
Pitágoras
“Si añades un poco a lo poco y lo haces así con frecuencia, pronto llegará a ser mucho”
Hesiodo
“La moderación y la prudencia pueden hacer y corregir muchas cosas”
Carl Friedrich Zelter
“La templanza es madre de todas las virtudes”
Carlos Fernández